Creo que no hay solo tres, sino posiblemente cientos de razones por las que viajar a Perú. Es algo que tienes que hacer al menos una vez en la vida (y probablemente repetirás), pero en este post voy a contarte las que desde mi punto de vista son las tres más potentes.
- En el Perú tienes muchos países en un solo país
- Conocerás lo mejor del Perú: su gente
- La comida en el Perú es…¡buenassa!
En el Perú tienes muchos países en un solo país
Lo más fascinante del Perú es que desde Lima, tomando un avión, puedes estar en poco más de una hora navegando por el Amazonas, o subiendo a un nevado de 6.000 metros en la cordillera de los Andes, o visitando las islas flotantes en el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, o contemplando el majestuoso vuelo del cóndor en el Cañón del Colca, o surfeando las dunas en el desierto al norte de Lima. Cada uno de estos lugares tiene su propia cultura, su propia gastronomía y sus propias tradiciones. La diversidad cultural en el Perú es impresionante y se debe, no sólo a la variedad geográfica, sino también a las diferentes comunidades que se han ido integrando en el país a lo largo de la historia.
A las culturas indígenas se unieron las españolas y africanas en el siglo XVI, y las asiáticas (china y japonesa) en el siglo XIX.
Mis amistades peruanas, en tono de orgullo por el mestizaje que es seña de identidad del país, me decían el siguiente dicho popular: «aquí, el que no tiene de inga, tiene de mandinga».
Eso es lo que me encanta del Perú, cómo han sabido abrazar las diferentes culturas a lo largo de la historia y las han integrado en un proceso de enriquecimiento cultural constante.
Un ejemplo de esta integración es la cultura Nikkei introducida por los japoneses que emigraron a Perú en el siglo XIX. Sus costumbres y tradiciones se fusionaron con las peruanas, lo que se refleja de forma más evidente en la gastronomía, con platos tan emblemáticos como el ceviche o el tiradito, que son producto de esa simbiosis cultural.
La diversidad en el Perú es sin duda uno de sus principales atractivos.
El premio nobel peruano Mario Vargas Llosa lo resumió con estas bonitas palabras:
«El Perú es en pequeño formato el mundo entero ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!»




Conocerás lo mejor del Perú: su gente
La impresión que te llevas de las personas cuando viajas depende mucho de las experiencias que vivas. En el Perú, a no ser que tengas muy mala suerte, acabarás con la sensación de que lo mejor del país es su gente.
Los peruanos son generosos, se esfuerzan por ayudarte incluso cuando no te conocen.
Como aquella vez que me olvidé en un banco de la calle, en pleno centro de Lima, una carpeta con documentos importantísimos. Cuando me di cuenta media hora más tarde volví apurada y un señor encargado de la limpieza me estaba allí esperando, junto al banco, custodiando mis papeles para devolvérmelos.
O aquella vez que me dejé la cartera, con las tarjetas de crédito, dinero y documentación en el asiento de un taxi. Una señora que subió al taxi después de mí hizo lo imposible por localizarme en medio de la noche para decirme que tenía mi cartera, que no me preocupara y quedar conmigo rápidamente para devolvérmela.
O aquella vez que una señora, en la fila de la caja en unos grandes almacenes se ofreció a pagar mi compra con su tarjeta de fidelización de cliente para que me pudiera beneficiar del descuento sin esperar nada a cambio más allá de un abrazo.
En una ciudad como Lima, de once millones de habitantes,me sentí abrumada por la amabilidad con la que fui tratada.
Los peruanos son también tremendamente hospitalarios. Se preocupan por hacerte sentir como en casa. Nunca olvidaré cuando la mamá de mi amiga Lorena me acogió en su casa en Trujillo y sin conocerme me trató como una hija más. Marcela, te adoro, ¡todavía recuerdo aquel delicioso ají de gallina que preparaste!
El peruano se desenvuelve bien en la informalidad. Esto, dependiendo de tu forma de ser, puede resultarte exasperante en algunas ocasiones.
Te puede costar adaptarte a esa informalidad sobre todo si vienes de Europa, donde todo está predefinido, tarifado, estipulado. Donde todo tiene que estar previsto y planificado con antelación. Puede que en algunos momentos te frustre esa forma de ser, pero por otro lado, eso también les hace ser más flexibles que los europeos, con mucha más capacidad de improvisar y de vivir más al día y eso, al menos en mi caso, te hace sentir más viva.
Al peruano, esto a mí me resulta gracioso, le cuesta decir la palabra «no». Es un hecho que seguramente constatarás enseguida. Decirte que no directamente a algo les violenta. Antes de decir «no», buscarán todo tipo de rodeos, pero si los rodeos o las respuestas vagas no convencen, acabarán haciendo lo que sea para no tener que darte una negativa.
Esto hace del Perú «el país donde todo es posible», sobre todo en contraste con Europa donde cuando es no, es no. En el Perú difícilmente tendrás un «no» tajante por respuesta , lo cual deja siempre la puerta abierta a un «puede ser» y eso a mí me parece maravilloso.
Como he comenzado diciendo en este post, la impresión que te llevas de las personas cuando viajas depende de las experiencias que vivas.
En mi caso, las vivencias que tuve están marcadas por rostros entrañables con los que fue un gusto convivir y eso es lo que hizo de mi estancia en el Perú una experiencia inolvidable.




La comida en el Perú es…¡buenassa!
A estas alturas no es ningún secreto que el Perú está en el top 10 de destinos gastronómicos del mundo. En todos los rankings aparece entre los cinco primeros puestos. Y es que en el Perú la comida es casi una cuestión de estado.
De las primeras preguntas que te hará un taxista cuando te lleve por Lima, o cualquier persona con la que entables conversación, será si ya has probado la comida peruana y qué te parece.
La enorme diversidad de culturas y de ecosistemas, tiene su reflejo en la cocina, con una gran cantidad de ingredientes, de sabores y de recetas.
Seguramente conocerás, porque son emblemáticos del Perú, el ceviche, la causa limeña o el lomo saltado, pero la riqueza gastronómica va mucho más allá: la pachamanca y el cuy en la Sierra, el juane y el tacacho con cecina en la selva, el ají de gallina en Lima, el chupe de camarones en Arequipa, el sudado de pescado en la costa del norte..y un sinfín de platos típicos y deliciosos.
Y luego están los platos importados de otras culturas como la china o Nikkei, a los que han sabido dar su toque peruano y entre los que están los chaufas o los makis acevichados.
Siendo Lima el centro neurálgico donde se mezclan todas las culturas, no es de extrañar que esté reconocida como uno de los templos gastronómicos del planeta. En ella puedes encontrar varios de los restaurantes incluidos en la prestigiosa lista «The World 50 best restaurants«, como el Maído, el Kjolle o el Mayta y muchos otros locales reconocidos a nivel mundial. Y más allá de estos reconocimientos, lo cierto es que la diversidad de opciones para disfrutar de la comida en Lima es infinita. Pero la verdad es que no es necesario in hasta el Perú para disfrutar de su gastronomía, porque ésta ya ha traspasado fronteras y se ha hecho un merecido hueco en las capitales del mundo. En este punto no puedo dejar de citar a una personalidad importante en lo que a cocina peruana se refiere, que ha sido en gran medida responsable de la internacionalización de la gastronomía Peruana. Me refiero a Gastón Acurio, el reconocido chef limeño que ha sido uno de los principales embajadores de la cocina del Perú más allá de sus fronteras.
En palabras del propio Gastón Acurio:
«Nuestra cocina peruana se ha convertido en una de las dos mejores armas para seducir al mundo. Hasta hace poco el único icono era Machu Picchu«.
Yo te recomiendo que, siguiendo estas palabras, te dejes seducir y que no sólo vengas a ver el Perú sino también…. ¡a comértelo!.
Hay tanto que degustar y tanto que decir de la comida en el Perú que podría extenderme hasta el infinito, pero si quieres saber más, puedes visitar la sección del blog dedicada enteramente a la gastronomía peruana, donde he incluido también algunas recetas.



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